EDUCACIÓN SOCIAL EN LA ESCUELA

La diversidad de la escuela mejora sin duda la calidad del ámbito educativo. Pero, ¿por qué decimos que esta institución se encuentra en crisis? Porque los docentes llevan a cabo varios esfuerzos para adaptar la respuesta educativa a las necesidades particulares del alumnado propiciando así una escuela inclusiva. No obstante, son muchos los profesores y profesoras que admiten ser expertos en la didáctica de las asignaturas, pero que no cuentan con las herramientas para intervenir ante ciertos conflictos sociales como el bullying, por ejemplo. 

A consecuencia de esto, se muestra que la escuela tiene cabida para varios profesionales del ámbito social, aportando así las competencias adquiridas y necesarias para atender a cualquier problemática. 

Además, cabe destacar que el reto educativo de la sociedad y escuela del siglo XXI no es más que proporcionar a cualquier individuo la autonomía para desenvolverse ante diferentes ámbitos y, aunque la escuela sea una de las principales instituciones que ofrecen recursos para esto, es la propia adaptación a la sociedad lo que permite la integración de la persona. 

Imaginemos la educación social como una maestra, pero sin colegio y sin clase. Esta maestra se dedica a andar por la calle y a observar qué ocurre en la sociedad. 

Observando, se da cuenta de que hay “grupos”que no se relacionan entre sí e incluso que hay personas que no pertenecen a ninguno de ellos, por lo que se le ocurre la idea de generar espacios educativos para que dichos grupos comiencen a relacionarse y para que las personas que no pertenecen a ninguno comiencen a hacerlo. 

Las personas tenemos que aprender a vivir en comunidad y para ello, tenemos que aprender a ser. Por tanto, la educación social interviene desarrollando las capacidades y habilidades personales, emocionales y sociales. De esta manera, se consigue la meta principal, que no es más que el individuo se integre en su medio social. 

La escuela es una de las principales instituciones más vulnerables en cuanto a los cambios sociales que se producen dentro y fuera de ella. Por esta razón, la figura del educador o educadora social debe tener un papel fundamental en este ámbito, atendiendo a las necesidades de cada uno de sus alumnos y alumnas, ya que provienen de diferentes familias, etnias, posibilidad de diversidad funcional, etc.  

Además, son varias las funciones que puede realizar el profesional en el sistema educativo, como la mediación, prevención, entre otras. Y siempre trabajando con el profesorado, el alumnado e incluso con las familias de éste. 

No sólo es importante que los alumnos y alumnas adquieran los niveles de competencias curriculares para una posterior formación o para tener unos mínimos conocimientos si al finalizar su etapa educativa no son ciudadanas y ciudadanos íntegros, y esto último lo favorece la presencia del educador o educadora social.


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¡¡Hola!! Me llamo Paula Escobar y soy alumna del Grado de Educación Social en la Universidad Pablo de Olavide. Además, tengo la suerte de ha...